Estimado lector:
El libro “Tu vida en la Tierra es tu vida en el Más allá” le mostrará en breves explicaciones que el ser humano no puede captar la verdad por medio de palabras y conceptos. Pero como los seres solo podemos hacernos entender gracias a las palabras, quiero redactar estas explicaciones de la forma más sencilla posible. De este modo el lector puede adentrarse más fácilmente en las palabras y conceptos, que sin embargo al fin y al cabo no dicen lo que es en realidad detrás de los velos del entendimiento humano; pues tampoco con nuestro raciocinio podemos comprender lo que no es concebible para nosotros. Y puesto que nuestra alma sabe acerca de esta realidad, la verdad, hemos de ponerla en vibración.
Nuestro cuerpo físico es un producto de la Tierra; por eso nuestro intelecto humano solo puede entrar en comunicación con los grados de vibración de la Tierra. Nuestra alma, por el contrario, es un ser cósmico y puede entrar según sea su estado de consciencia en aquellos reinos que están detrás de los velos. Esto lo hace cuando nuestro cuerpo físico duerme.
Para poder entender lo que nos llega del Más allá, todo debe pasar necesariamente a través del filtro de nuestras tres dimensiones, que son nuestra capacidad de comprensión, es decir, ha de ser traducido. Para ello nos ayuda sobre todo la Verdad manifestada, que desea acercarnos a la vida en los Cielos eternos y en los ámbitos de purificación del alma.
Los seres humanos hemos de contentarnos entonces con palabras y conceptos. El contenido de este escrito es una faceta dada desde la Verdad, y pretende mostrarnos lo que es la vida aquí en la Tierra y en el Más allá, el nacimiento y la muerte, el margen de nuestra vida y de nuestra muerte. Si dejamos que esta faceta de la Verdad tenga efecto más conscientemente en nosotros con la ayuda de las palabras, podremos vislumbrar que nuestra alma es inmortal y que somos los mismos aquí o allá. Pues tal como cae el árbol, así se queda, y en el estado de consciencia en que muere el hombre, sigue viviendo su alma.
Voy a intentar ahora levantar los velos que separan la vida en la Tierra de la vida en el Más allá, en tanto me sea posible hacerlo con palabras y conceptos.